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  • ¿Cómo actuar ante una revelación sobre una posible agresión sexual hacia mi hijo o hija?
    Conocer que ya ha ocurrido un evento de agresión sexual hacia una persona amada, pudiera provocar emociones muy intensas, como el coraje. Sin embargo, resulta necesario apoyar de manera incondicional al menor involucrado. El coraje y hasta la frustración son válidos. No obstante, lograr llegar a la calma es la respuesta más acertada aun cuando pueda ser la más difícil. Te presentamos a continuación los pasos más importantes ante una revelación de una posible agresión sexual. No necesariamente deben ocurrir en el orden presentado, pero, todos deben realizarse. Paso 1. Mantener la calma. Paso 2. Creerle al menor. Paso 3. Alertar a las autoridades correspondientes para que investiguen la situación, incluyendo mencionar a la persona identificada como que cometió la agresión. Paso 4. Si está en riesgo la salud física del menor, debe llevarse para recibir asistencia médica de inmediato. Paso 5. Apoyar al menor cada día. Su rutina de vida, posiblemente cambie, mientras la situación es atendida. Existen muchas formas de apoyar al menor. Algunas se presentan a continuación. Alejarle de la persona que le agredió. Mantenerle en un lugar seguro. Cada día expresarle lo valioso, importante y amado que es. Entender que el evento de abuso no define, guía o determina la vida del menor. Llevarle a un profesional de ayuda.
  • ¿Las agresiones sexuales solo les ocurren a las niñas?
    No. Los varones menores de edad pueden ser y en efecto, han sido, objeto de agresiones sexuales. Las estadísticas que se realizan en relación con la cantidad de menores abusados tienen muchas limitaciones. De igual forma, en algunos lugares, las agresiones hacia los varones no son reconocidas. Existen varias razones para esto, tales como las siguientes. Las estadísticas se realizan de los casos reportados. Algunos estudios muestran, que solo 3 de cada 12 casos son reportados a las autoridades. En algunas regiones, el abuso sexual hacia varones es aceptable. Las leyes que tipifican el abuso sexual como un delito, pueden variar de acuerdo con el País.
  • ¿Las agresiones sexuales siempre son perpetradas por personas extrañas?
    Múltiples estudios de diversas partes del mundo indican, que las agresiones sexuales hacia menores, comúnmente, son realizadas por una persona conocida por el menor. Por lo general es un familiar o una amistad de la familia. Alrededor del mundo se han reportado casos de padres, madres, padrastros, madrastras, primos, tíos, médicos, entrenadores de algún deporte, maestros y líderes religiosos, entre otras personas convictas por agresión sexual hacia menores. Investigaciones con ofensores sexuales muestran que: Se acercaban a niños y niñas: Con problemas familiares. Con poca confianza en sí mismos (inseguros). Que se encontraban solos en algún lugar. Que eran muy curiosos (sin fronteras saludables). Que se mostraban muy confiados. Utilizaban las siguientes estrategias: Frecuentar lugares donde acuden niños. Ganarse la confianza de la familia. Aprovechar la oportunidad cuando se acercaba el niño para preguntarle algo. Buscar estar a solas con el menor ofreciéndole jugar, enseñarle algún deporte o tocar algún instrumento musical. Esta se señala como la más común. Mostrarse amables y cariñosos. Le dicen al menor que es un juego o educación. Amenazas al menor con hacerle daño a su familia. Amenazas al menor con decir que la culpa era de él o ella. Se informa además que una vez logran la confianza del menor, comienzan a hablarle sobre sexo, ofreciéndole bañarse o desnudarse con algún propósito solapado, como jugar. Inicialmente el agresor comprobaba la reacción del menor ante la presencia de materiales sexuales utilizando revistas, videos, juguetes sexuales y tocando al menor sutilmente. De igual forma, los ofensores sexuales en ocasiones podrían incurrir en probar al menor para auscultar si son capaces de guardar secretos y cómo reaccionan ante toques “accidentales”. Fuente: 2009. Cantón J. & Cortés, M., Malos Tratos y Abuso Sexual Infantil.
  • ¿Si le presento este tema a mis hijos pequeños, les voy a quitar su inocencia además de despertar su curiosidad?"
    El cerebro de los niños está muy activo durante su desarrollo. A través de sus sentidos reciben la información de su medio ambiente y su cerebro la procesa para que forme parte de sus conocimientos. La información acerca de cómo ser protegidos debe introducirse en su sistema de información con el lenguaje adecuado. Si se les enseña acerca de este tema sin temor y de manera natural, como algo que es parte de la vida cotidiana, este conocimiento no debe despertar su curiosidad, ni quitarles su inocencia. La persona agresora se aprovecha precisamente de la falta de conocimientos y destrezas que pueda tener el menor, para acercarse. Los niños deben aprender sobre cómo actuar ante una posible agresión. Es importante destacar que enseñarle a un menor acerca de cómo será protegido, no significa hablarles de sexo. Significa proveerles seguridad.
  • ¿Las personas que incurren en una agresión sexual siempre son hombres?
    Definitivamente, no. En algunos países existe la falsa percepción de que los hombres son quienes abusan y maltratan. Sin embargo, existen datos que demuestran que las mujeres también incurren en esta acción. Una vez más, esto depende de los casos reportados y de los tabúes culturales correspondientes a cada país. No existe un perfil único que logre identificar quién es una persona que abusa de menores. Solo podemos percatarnos de las señales. Para lograr identificarlas necesitamos conocerlas.
  • ¿La responsabilidad de compartir este tema con los hijos le corresponde a la madre?
    El mito encerrado en esta pregunta responde a que en muchas culturas la madre es quien se encarga de ejercer la crianza de los hijos. Hoy en día, muchos niños son criados por otros familiares que no son sus padres biológicos, necesariamente. Tenemos abuelos y abuelas criando a sus nietos, padres que adoptan, padres de crianza, tíos, hermanos, hogares sustitutos; entre muchas otras opciones. La responsabilidad principal de enseñarle a los niños acerca de este tema es de quien ejerce su crianza, sean sus padres biológicos o no.
  • ¿Si siempre estoy pendiente a mis hijos, aun así, les podría ocurrir?"
    Como padre, madre o cuidador, podría pensar que su hijo jamás estará en riesgo, porque usted conoce bien su familia, sus vecinos, sus amigos y los de su hijo, sus maestros y todo su entorno. Sin embargo, la realidad es que, los riesgos y los peligros existen y es común que surjan del ambiente cotidiano de los niños, como indica la investigación. Como sabemos, nadie tiene un letrero sobre sí que indique, “Soy una persona agresora”. Los riesgos están en todas las situaciones de vida de los menores. Por tal razón, es necesario enseñarles sobre éstos para disminuir las posibilidades de una agresión sexual.
  • ¿Cuál es la edad indicada para hablarle de este tema a los niños y niñas?
    Siempre debe tomarse en consideración la etapa de desarrollo de los menores y hablarles de la misma forma y naturalidad con la que también se les enseñan otras conductas que deben aprender como vestirse y asearse, entre otras. Tenga presente que es un tema de protección necesario. A los niños se les hablará sobre cómo serán protegidos, cómo reconocer situaciones que puedan ser de riesgo y cómo van a actuar. A continuación, presentamos algunos puntos a considerarse y sobre los que se debe estar muy atento, de acuerdo con la edad del menor. 0 a 3 años de edad Observar cambios corporales (ejemplos: enrojecimiento, hinchazón de cualquier área genital, sangrado). De notar algún cambio físico en cualquier parte del cuerpo del infante, incluyendo sus partes privadas, debe llevarse de inmediato para asistencia médica. Siempre supervisar todos los ambientes en donde el menor interactúa. Casa de familiares Lugares donde le dejen para cuidarle Parque Mercado Iglesia 3 a 5 años de edad Enseñar conceptos básicos tales como: Los cinco sentidos Las emociones básicas, tales como: amor, odio, miedo y alegría. Las partes del cuerpo con sus nombres adecuados La importancia de su espacio personal. Esto se refiere a la proximidad física al cuerpo del menor. Comenzar los diálogos de prevención. Enseñarle las siguientes tres lecciones: Decir “no” a las personas y cosas que no le gustan. Decir “PARA” a las personas que invaden su espacio personal. Decir todo lo que le ocurre, en especial si le hace sentir miedo, incomodidad u otra emoción negativa. Nota: En nuestro cuaderno, disponible en la Tienda Online, proponemos ejercicios para todo lo antes mencionado. 5 a 8 años de edad Aumentar la enseñanza de las emociones básicas, tales como: culpa, calma, coraje, gozo, confianza; entre otras. Repaso de los sentidos y sus funciones. A través de éstos se reciben los estímulos y el aprendizaje del medio ambiente. Conocer las partes del cuerpo y cómo cuidarlas. Ejemplos: lavándolas, evitando exponerse a materiales peligrosos, cubriéndolas con la ropa. Desarrollo de un plan de seguridad de la familia. El menor debe saber a quiénes y a qué números de teléfono llamar, en caso de tener una emergencia. Enseñarle al menor acerca de peligros específicos que pudiera encontrarse. Ejemplos: en el internet, si otro menor o adulto le pide tocar o mirar sus partes privadas o que se le acerquen personas extrañas a pedirle información personal. Nota: En nuestro cuaderno, disponible en la Tienda Online, proponemos un ejercicio para todo lo antes mencionado.
  • ¿Cuáles son los indicadores de una agresión sexual?
    El abuso sexual infantil es un evento de vida. No es un desorden psicológico que pueda ser diagnosticado. El indicador principal que exhiben los niños víctimas de abuso sexual es el desarrollo del comportamiento sexual inapropiado para su edad. A continuación, presentamos una lista, de algunos indicadores que pudieran sugerir que haya ocurrido una agresión sexual de acuerdo con la edad del menor. Preescolar (0 a 5 años de edad) Se toca o frota los genitales continuamente o insiste en tocar los genitales de otros niños, prefiriendo esto a realizar otras actividades tales como jugar o comer. Insiste en mostrar sus genitales a otros niños y/o adultos, aún en público luego de haberle dicho que no es correcto. Intenta persistente o disimuladamente tocar o ver los cuerpos de otras personas, aún luego de usted haberle corregido. Se observa hinchazón o enrojecimiento en las áreas genitales. Intento continuo de introducirse objetos en las áreas genitales. Pide que la gente se quite la ropa o trata de desvestirlos a la fuerza. Edad escolar (6 a 9 años de edad) Pide que se le toquen o miren sus partes privadas, aún después de haber sido orientado. Utiliza lenguaje soez aún después de haber sido corregido. Intenta obligar a otros niños a quitarse la ropa para jugar. Habla mucho del sexo y el acto sexual. Obliga a otros niños a jugar juegos sexuales. Dibuja el acto sexual o sexo en grupo. Pre adolescencia (10 a 12 años de edad) Busca continuamente frotar sus genitales con otros niños, adultos u objetos pretendiendo estar jugando. Disimulada o forzosamente toca los genitales de adultos o de otros menores. Les causa daño a sus genitales o a los de otras personas. Busca jugar con niños de una diferencia de edad marcada. Utiliza juegos de videos altamente sexualizados. A cualquier edad se deben observar cambios repentinos en el comportamiento tales como: deseo repentino de estar solo, miedos, pesadillas continuas, decir que está viendo monstruos en su cuarto, falta de apetito, deseo excesivo o repentino por la sexualidad, expresiones sexuales groseras continuas, automutilación, deseos de morir; entre otros que generen preocupación. Estas conductas no indican que un menor fue abusado sexualmente necesariamente, pero sí que posiblemente ha sido expuesto a una sexualidad inapropiada para su edad, lo que le pone en riesgo de experimentar abuso sexual. De presentar alguna de estas conductas debe consultar con un profesional. Adaptado de: Johnson, Toni. (2003). “Entendiendo los comportamientos sexuales en la niñez” (folleto informativo).
  • ¿Por qué es importante llamar a las partes privadas del cuerpo por su nombre correcto?
    Estudios han demostrado que las personas que agreden a los menores les cambian los nombres a las partes privadas para confundirles. El siguiente es un relato hipotético, tomado de un caso real. Una menor de 8 años de edad estuvo diciendo por espacio de un año que le molestaba la “paleta”. Nadie tomó con seriedad las expresiones de la menor y resulta que estaba siendo abusada por un hombre adulto que le llamada a su vulva, “paleta”. Un año estuvo la menor reportando su inquietud, sin ser atendida porque desconocía que el nombre correcto de su parte privada a la que se refería es “vulva”. Si hubiese dicho: “Me molesta la vulva” con mucha seguridad la situación se hubiera atendido con mayor prontitud. Destacamos con este ejemplo la importancia de siempre enseñarles a los niños el nombre adecuado de sus partes privadas, con la misma naturalidad que le enseñen los nombres de las otras partes de su cuerpo.
  • ¿Una agresión sexual proveniente de un miembro de la familia se puede dejar pasar?
    No. La agresión sexual es un crimen y es necesario denunciarla. Creerle al menor es la prioridad. Aun cuando resulte difícil denunciar a un familiar, esa persona utilizó su proximidad hacia el menor y abusó de éste manipulándole, ejerciendo su poder y control. El apoyo al menor debe prevalecer, por encima de toda relación familiar o de amistad hacia la persona agresora si fuera el caso.
  • ¿Es el niño o la niña quien debe evitar la agresión sexual?
    La responsabilidad de toda agresión sexual es siempre de la persona que la realiza. Nunca es responsabilidad del menor. El menor no cuenta con la madurez emocional y cognitiva para reconocer las consecuencias de la agresión, ni con la fuerza física para controlarla o detenerla. La persona que escoge gratificarse sexualmente con un menor tiene la total y completa responsabilidad de involucrar al menor en una relación, ejerciendo su poder y control para lograr sus objetivos. Todo niño, niña y adolescente debe tener la certeza, de que ante un evento sobre el que no es responsable, se le va a creer y apoyar.

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